Cirujano Urólogo
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La cistoscopia es un procedimiento médico utilizado para examinar el interior de la vejiga y la uretra. A menudo, los urólogos la recomiendan cuando hay síntomas persistentes que sugieren problemas en las vías urinarias, como dolor al orinar, sangre en la orina, infecciones recurrentes o dificultades para vaciar la vejiga.
La cistoscopia se realiza con un instrumento llamado cistoscopio, un tubo delgado y flexible equipado con una cámara y una luz en el extremo. El cistoscopio se introduce suavemente a través de la uretra hasta la vejiga, permitiendo al médico visualizar directamente las paredes internas de estos órganos en tiempo real.
Los médicos pueden recomendar una cistoscopia para:
Antes de una cistoscopia, el médico proporcionará instrucciones específicas. Estas pueden incluir ayuno previo, evitar ciertos medicamentos, y, en algunos casos, tomar antibióticos para prevenir infecciones. El procedimiento se puede realizar en una clínica u hospital, y suele ser ambulatorio, es decir, no requiere hospitalización.
Durante la cistoscopia:
El procedimiento puede durar entre 5 y 30 minutos, dependiendo de la razón por la que se realiza y si se toman biopsias o se retiran pequeños tumores.
Es común experimentar una leve molestia al orinar o notar un poco de sangre en la orina después del procedimiento. Estos síntomas suelen desaparecer en 24 a 48 horas. Se recomienda beber abundante agua para ayudar a limpiar la vejiga.
Como cualquier procedimiento médico, la cistoscopia tiene algunos riesgos, aunque son poco comunes. Estos incluyen infecciones urinarias, sangrado, o daño a la uretra o vejiga. Si experimentas fiebre, dolor intenso, o sangrado abundante, debes contactar a tu médico de inmediato.
La cistoscopia es una herramienta diagnóstica importante para identificar y tratar problemas en las vías urinarias. Aunque puede generar inquietud, es un procedimiento seguro y efectivo que puede proporcionar respuestas cruciales para tu salud.